Cada vez son más frecuentes los robos en las afueras de la Universidad Central del Ecuador. Por las noches, el sector es desolado y carece de una buena iluminación.
Los delincuentes esperan que los estudiantes salgan de clases, aprovechan la falta de control policial y cometen sus fechorías con la ayuda de armas corto punzantes.
Una de las víctimas de la delincuencia fue Pamela Ramón, estudiante de cuarto semestre de la Facultad de Comunicación Social. “Hace tres semanas bajaba con una amiga por la Bolivia y nos asaltaron cuatro tipos. Nos quitaron los celulares y nos pidieron plata”, aseguró la estudiante.
Según Ramón, en la calle Bolivia no pasan policías regularmente, y si lo hacen es solo para controlar los bares ubicados en el sector. “Los ladrones la tienen fácil porque nadie patrulla por aquí en las noches”, añadió.
Los vecinos del sector se han reunido en reiteradas ocasiones con los miembros del PAI de Miraflores para que se redoble la vigilancia de la calle. Sin embargo, los robos continúan.
Otra víctima de los amigos de lo ajeno fue Mayra Ortega, estudiante de segundo semestre de la Facultad de Comunicación Social. “Yo salí de clases de noche y bajamos en un grupo con dos amigas más. En la esquina de la Bolivia se acercaron dos sujetos con un destornillador y nos quitaron los celulares a todas”, explicó.
“La Bolivia es tierra de nadie. Nadia vigila lo que aquí pasa. Ortega considera que las autoridades de la universidad deberían tomar cartas en el asunto ya que los robos son constantes.
Por Andrés García Espinel
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